Pasear una mañana de invierno por los alrededores de Zaragoza puede ser un acto de valentía o de estupidez, según se mire. El viento y el frío harán de la ruta un tortuoso camino, pero el resto de elementos conseguirán, cámara en mano, que valga la pena.
Si además mientras caminamos y disparamos, podemos conversar, la ruta se convierte en la mejor manera de vivir una mañana de invierno.
(Puedes seguir viendo mas imagenes de este paseo en mi galeria de Flickr )
Salud.
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