Aparecieron con sus vengalas y petardos, con sus dulzainas y tambores, para hacernos bailar y saltar al ritmo de su música y de sus carreras, un gran final para el mercado medieval de Zaragoza.
Las fotos muestran lo que buscaba, el fuego y las chispas, ha habido que procesarlas un poquito, tocar un poco la exposición y las curvas, pero el resultado creo que es parte de la esencia de este espectáculo.
Si no habéis visto nunca a "Os Diaples d'a Uerba", merece la pena, por cierto llevar zapatillas que con sandalias se pasa un poco mal.