Los perros han comenzado a ladrar, aullan de forma terrorífica, rayan con
las uñas la puerta del corral. Fuera en el bosque no se oye nada más que
un tañer de campanas lejano, todos los demás sonidos han desaparecido y la
atmósfera se ha vuelto pesada y sobrecogedora.
En la memoria conservas las historias de tus antepasados,
esas que te aterrorizaban de pequeño, y que ahora, no sabes muy bien por qué,
te detienen en el pasillo de tu casa.
Piensas que son tonterías, que son sólo historias de
viejos sobre miedos ancestrales e irracionales, pero tus pies no se mueven, te encuentras
paralizado. De pronto ves una sombra que cruza entre tus piernas y se esconde tras una puerta, con el corazón a mil por hora reconoces al gato, que
extrañamente esta aterrado.
Parece que el paso del animal ha despertado tus reflejos, y comienzas a desplazarte hacia la puerta, esto hace que
recobres las fuerzas para abrirla, es lo que ibas a hacer ¿recuerdas?, quieres
comprobar que fuera está todo en orden, te pareció oír un ruido antes, y
quieres confirmar que no es nada.
Giras el pomo y abres la puerta, todo está en orden, no
parece que haya nada raro, salvo el silencio y ese lejano sonido de campanas. Miras en todas las cancelas y ventanas, todo en orden.
Cuando vas a entrar en casa, algo llama tu atención, allí
dentro del bosque, un resplandor lejano.
A estas horas debe ser alguien en
apuros, y sin dudarlo te acercas, total son sólo doscientos o trescientos
metros.
Pero cuando llegas a su altura, ya no hay escapatoria, en
unos minutos serás el guía y desde esta noche hasta el final de tus días o hasta que encuentres a otro incauto como tú, guiarás
a las ánimas de la santa compaña.
Montaje realizado a partir de tres imágenes, una del bosque y retocada para hacerla nocturna, otra de la luna llena y otra de una escultura de un monje cartujo, que aunque no lo parezca esta poco retocada.
Salud
