jueves, 22 de marzo de 2012

Otín

    Vivir en estos parajes desolados tuvo que ser sumamente complicado para los ochenta vecinos que habitaron Otín hasta la década de los sesenta, cuando se abandonó el pueblo y sus tierras. Ahora pasear por sus calles llenas de vegetación y entrar en sus casas derrumbadas por el tiempo se convierte en un acto de nostalgia, de recuerdo de esas gentes que hicieron de este territorio su hogar.

 Otín

 Otín

   Otín

     El pueblo, dividido en dos núcleos observa el paso del tiempo y de las personas que o bien siguiendo el camino que hemos seguido nosotros o bien remontando el curso del río Mascún visitan sus casas y calles.
En el núcleo alto, que se encuentra encaramado en una pequeña loma, se encuentra la iglesia, que solo conserva las paredes, y alguna casa, si bien en esta parte se encuentra también la casa de Cosme Bellostas.

 Iglesia de Otín

 Casa de Cosme Bellostas

    En esta casa se hospedó el pirineísta Lucién Briet en 1908, cuando llegó a estos parajes para explorar el inhóspito barranco de Mascún. La casa se levantó en 1843 y es la más imponente e importante de todo el pueblo.
    Esta casa también tiene una historia más mundana, pero la contaremos más adelante, cuando lleguemos a ver la gran aguja de piedra llamada Cuca Bellostas, en el barranco de Mascún.

    Ahora es hora de reponer fuerzas para poder seguir con nuestro camino.

Salud.

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