La Semana Santa en Zaragoza llena las calles de miles cofrades, algunos penitentes, los más ruidosos, que tras meses de ensayos consiguen con el sonido de bombos y tambores que el sentimiento de estos días llegue a todos los rincones de la ciudad.
Seas creyente o no, hay que reconocer que esta Semana Santa tiene un punto exótico que atrae a muchas personas quizá por la fe, o quizá por el sonido de los tambores. Lo que si es real es el colorido de flores, túnicas y capirotes, pasos e instrumentos, que hacen que no puedas dejar de disparar con la cámara, siempre hay algo que merezca unos segundos de atención.
Salud
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