Poco hay que decir y mucho que pensar tras visitar el pueblo viejo de Belchite. Si primero la guerra, luego la dictadura y má tarde la desidia, no hubieran decidido destruir Belchite nos hallaríamos ante uno de esos pueblos que se visitan alegres y satisfechos de su historia, que se recorren con ánimo, visitando sus rincones, esperando encontrar esa imagen que recordar para siempre.
Belchite
No debemos confundirnos, gran parte del desastre que es hoy Belchite lo ha producido el tiempo, esos setenta y cuatro, casi setenta y cinco años de olvido y abandono, Ahora Belchite se recorre en voz baja, observando para conservar en la memoria lo que no debe volver a ocurrir. Puertas tapiadas, aleros destruidos, paredes caídas, torres agujereadas...
Belchite. Puerta tapiada.
Belchite. Interior de la Iglesia de San Agustín
Belchite. Interior de la Iglesia de San Agustín
Belchite. Convento de San Rafael
Belchite
Parece que igual que Belchite, nuestra memoria esta en ruinas, y hasta que no decidamos reconstruirla, recordando todo lo que pasó, no se cerrarán las heridas que como este pueblo siguen en ruinas.
Salud.
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