Otoño en el Pirineo es sinónimo de color, niebla, humedad, y Ordesa es un buen ejemplo de como se las gasta esta estación con el bosque y los ríos. Lo que en verano es un fresco verde, protector y vitalizador, en otoño se convierte en vivos amarillos, rojos y ocres que parecen querer agarrarse a sus últimos momentos antes de caer y dejar paso a un blanco, frío y gélido, invierno.
En Noviembre acudimos como casi todos los años a esa llamada del otoño, y esta es la recompensa, parte fue la visita a Yosa, que ya os conté hace unas semanas, ahora después del parón navideño le toca el turno a Ordesa, que nos acompañará durante unas cuantas entradas.
Río Arazas
Pista a la Cola de Caballo
Haya
Musgo
Salud.
Precioso y enhorabuena por el blog. Un abrazo.
ResponderEliminarAunque contesto un poco tarde, gracias por pasar y comentar.
EliminarSalud Raúl.